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martes, 25 de agosto de 2009

Malditas Palabras. 22 de agosto de 2009.

Conductor: Jorge Pérez.

Creo en la magia de todos los sucesos y considero que no debo callar; que mis palabras siempre estarán en deuda…

Malditas palabras por la 105.3, Suárez F.M. Comunicación Comunitaria.

Hoy vamos a dedicar el programa a tratar un tema que ya no es ajeno a los vecinos de Joaquín Suárez, lamentablemente.

Y es el tema de los amigos de lo ajeno, como relatan algunas crónicas policiales, el tema de la seguridad pública y todos sus atravesamientos.

Podríamos enumerar entre las causas de este problema social a la pobreza, a los cambios de valores, el consumo de drogas entre muchos otros… y entre sus actores involucrados al Gobierno, la policía, la junta local, a los mismos vecinos, a los propios individuos que cometen los delitos por supuesto, a la sociedad en su conjunto. Al INAU por qué no, a los institutos de enseñanza como escuelas y liceo de la zona… a la ANEP.

Desde nuestra organización, desde las ondas de la 105.3 Suárez F. M. pretendemos tal vez sin lograrlo demasiado, brindar un servicio a la comunidad. Brindar información, formación y entretenimiento a quienes nos escuchan. Pretendemos incluir. Trabajar para cr4ar condiciones materiales para que los pobres seamos cada vez menos pobres. Fomentamos para ello la educación, la inclusión en el Trabajo y la cultura, desde este lugar que es la comunicación y la difusión de ideas, acontecimientos, eventos culturales, etc.

Existimos porque vivimos de nuestro propio esfuerzo. No recibimos aportes materiales de ninguna organización privada nacional o internacional y mucho menos del Estado. Estamos nuevamente en el aire gracias al aporte de cada compañero, con mucho esfuerzo porque somos todos trabajadores.

Tanto la radio comunitaria como la Casa de la Cultura Popular fueron creadas con la intención de brindar servicios educativos, culturales y de esparcimiento, para todos aquellos que tal vez no tengan muchas más oportunidades de interactuar en un ámbito como el nuestro, por diversas razones como carencia de tiempo, de dinero, de acceso a distancias fuera de nuestra comunidad, etc.

“Quien roba a la radio se roba a si mismo” decíamos en una reunión, luego de ser damnificados. “Nos quitaron la voz”, decía otro compañero.

Hoy decimos: se callaron la voz ellos mismos; quienes perpetraron el robo de la consola, los micrófonos, el radio grabador… Porque esta radio es la voz de nuestro pueblo. Es el lugar a donde vienen integrantes de la Comisión de apoyo a la Policlínica de Salud Pública de nuestra ciudad, los integrantes de la Comisiones de los Clubes deportivos y de baby fútbol, los integrantes de la junta local, del liceo los maestros, los integrantes del Club de Abuelos, los vecinos del barrio, cada quien a decir su verdad, a explicar los problemas que tienen, a plantear dificultades y en busca de soluciones.

Acá vienen los que no tienen voz en los grandes medios de comunicación masiva. Se tratan los temas de interés para nuestros vecinos. Ahora nos vemos obligados a armar y desarmar los equipos de transmisión cada día de emisión, porque no podemos confiar en que no existan nuevos intentos de ingresar a la casa de la radio, la casa del pueblo, para quitarnos los instrumentos de comunicación que utilizamos para estar con todos ustedes cada fin de semana.

Con estas acciones, quienes viven en la pobreza del individualismo, o la necesidad urgente de tener un plato de comida en la mesa y no tienen trabajo, o en la degradación humana a la que lleva el uso abusivo y problemático de sustancias psicoactivas, nos privan también de un derecho, de nuestro derecho a la información y la comunicación de ideas. Y a quienes nos escuchan también, les privan del derecho a estar informados, y ser receptores de ideas y de esparcimiento.

También nos privan a todos de estos derechos, quienes por inacción caen en la omisión de deberes que socialmente están conminados a cumplir. Sabemos de la existencia de bajos recursos pero creemos que con el esfuerzo de todos, lo que vive hoy la sociedad suareña es solucionable en el corto tiempo. Con que cada uno cumpla con su rol adjudicado social e institucionalmente tal vez alcanzaría.

Si la Intendencia pusiera luz en los barrios, y no solamente en la calle principal, si la policía hiciera rondas permanentes en los barrios mas apartados, también si el gobierno tomara medidas económicas para que las crisis no las pague el pueblo trabajador, si se destinara dineros para crear empleos genuinos y dinamizar el mercado interno protegiendo a la producción nacional, si se destinaran los dineros de todos para defender a la educación pública, a donde van los hijos de los pobres y se defendiera su calidad, tal vez comenzaríamos a combatir las miserias humanas.

En la educación es imprescindible rescatar al trabajo como valor, como actividad dignificante del ser humano como tal.

Desde el comienzo de su vida en grupos, el hombre encontró en el trabajo el principal componente de socialización y creación de cultura. En el Uruguay, con tres millones de habitantes y toda la tierra productiva existente, no puede jamás haber una desocupación que ronda el 10% y un empleo precario que ronda el 40%. Eso degrada al ser humano y lo hace incapaz repensar en otra cosa que no sea una pobre supervivencia, Esta situación que estamos pasando confirma el hecho de que el hambre no crea conciencia, y se pone en práctica justamente lo que le sirve a las clases dominantes de este país: la guerra de pobres contra pobres, por la obtención de recursos que le permitan sobrevivir un día más. Mientras tanto, la oligarquía y el capital imperialista acumulan fortunas incalculables.

Los trabajadores como clase social, debemos tener una política específica y clara para abordar este problema. Primer paso, como clase trabajadora repito, que vivimos en los barrios debemos involucrarnos en la solución del problema. Y esto pasa en primer término por juntarnos y cuidarnos unos a otros. Lo único que nos salva y nos preserva en situaciones de crisis como la que vivimos, es el estar agrupados, combatir el individualismo y tener una política clara hacia el lumpen proletariado. ¿Cómo? Exigiendo de los gobiernos que exista una política de empleo y salarios dignos. Políticas sociales que no tengan como eje el asistencialismo y que obliguen a tener responsabilidad hacia el trabajo productivo, a quienes son dirigidas estas políticas. Para ello es necesario una mejor redistribución de la riqueza generada socialmente.

Mientras tanto, un gran primer paso sería reunirnos y planificar acciones concretas para evitar daños mayores. Realización de asambleas, cabildos abiertos, y acciones concretas discutidas en esos ámbitos. Debemos en primer término derrotar el no se puede y la política del avestruz.

¡Sólo el pueblo salva al pueblo!

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